lunes, 2 de agosto de 2010

Agosto para ti.

Sensación de presagios otra vez bajo nubes nocturnas. La consolidación de la soledad con tu recuerdo que provoca llanto y dolor.

Bajo la madrugada, el dolor se enrosca en mi garganta porque no puedo encontrar la parte afín que me completa, la parte que me haga conseguir poder olvidarte.

No puedo descansar, ni recostarme sobre la almohada, ni siquiera intentar seguir con la mirada a un grupo de gorriones que rompe el cielo naranja sin que tú me nubles, porque estás constantemente en mi cabeza.

Quiero poder conseguir que no me sufra el corazón cada vez que coincido contigo por la calle. Es entonces cuando pienso si cambiar de acera o saludarte, tentar a la suerte esperando respuesta. Ponerme enfrente tuyo mientras mil nervios sacuden mi espalda.
Preguntarte con boca cobarde cómo estás y soñar con un abrazo con el que poder resignarme y volver a rozar tu pelo. Quizás mojarte la camiseta con unas cuantas lágrimas y decirte que cualquier día de estos, de sol y Agosto, sería bueno tomarnos algo en cualquier garito. Tal vez estrechar pupilas y hacerte saber que quise ser eterno junto a ti.

Pero hay silencio y distancia si nos cruzamos. No hay ángeles que sacudan el cielo ni sueños terrenales que hagan que la ciudad se pare, que las aves dejen de volar y la calle se calle y deje de gritar… El mundo no se estremece ni se gira a mirar que estamos solos tú y yo, y nada más.

El viento tampoco se para. El aire no deja de correr. Seguiré esperando entre las veredas de mi persiana que la noche ambiente mi habitación. Seguiré escribiendo tendido y deshecho sobre la cama, esperando que el destino se despierte y te haga leer mis letras… Y te quedes pensando, quizás con la mirada perdida si al verme seguirás de frente o te detendrás a ver cómo afectan las estaciones a nuestro árbol, otra vez.

Quizás los días sigan siendo grises e iguales, llenos de calor que sobra y hojas verdes.
Quizás con el frío y las chaquetas llegue un temporal donde necesitemos algo de calor, ese que tanto echaremos de menos… Ese que tanto nos sobra ahora.

Y la Luna y las estrellas ya no dicen nada porque tú no estás a mi lado.


Autor: Ricardo S.T.

No hay comentarios: