lunes, 28 de junio de 2010

Milana y la Luna.

Las Milanas te dejarán la vida de lado, azuleada y llena de llanto y rencor. Milana te enroscará con violencia todas las venas y arterias de tu cuerpo, amarrándolas con exacta lentitud a la mirada arrasadora que quema tus pupilas. Te abrasa las pestañas inflamando tus párpados. Araña tus labios, desgarra la carne con cada beso y te destroza por dentro.

Milana deshila tu camisa, te desabrocha el cinturón, se contonea entre el hueco de tu cintura, roza con su nariz y lengua todos los ecos de sensaciones de emociones… Hasta que te mutila el alma. Hasta que ves que su pelo rubio, moreno, castaño o pelirrojo besa las carnes de otro naufrago, muerde los momento de otro reloj y regala deseos por su boca azul.

Milana es jodida, nos matará toda la vida.

No te fíes de nuevo de la Luna, está encaminada a confundirse con Milana. La Luna te irradia, la Luna te machaca la laringe, crea vacío en tu garganta y te apuñala en el estómago, haciendo que quieras amar de nuevo a Milana. La Luna te susurra sensaciones al lado de Milana, te recuerda paisajes y suertes de otros tiempos, te recuerda como te cogía de la mano, o te besaba. Te recuerda cualquier suelo embarrado, cualquier vaho o cualquier veleta. Te recuerda cualquier pista de baile, te besa en el lóbulo de la oreja, silenciosamente te lleva hasta los ojos de Milana, azules y negros, verdes y oscuros, y hace que deslices tus dedos entre su cabello, huelas su perfume y te desmayes entre sus pantalones, rojos, y verdes.

La Luna te mata con cada recuerdo y consejo que te da. Te ofrece veneno a cambio de la muerte, no te deja elección. La Luna es la parte territorial de Milana. La Luna también es jodida, nos joderá toda la vida.

Pobres azuleados de nosotros, embaucados entre sus cueros o marcados por sus pantalones. Somos mercancía barata de oportunidades, somos víctimas de los atentados de Milana. Somos los que se han dejado engañar por la Luna.

Somos jodidos. Quiero olvidarte y estar contigo.


Autor: Ricardo S.T.

sábado, 26 de junio de 2010

Volviendo negro lo que corre por las venas.


Volviendo negro lo que corre por las venas, de Ricardo Semper Trilles.

La memoria biográfica dedicada a los amores hacia las diferentes ‘Milanas’ sigue una línea irregular de estados, sentimientos y emociones hasta llegar a un punto en el cual sabemos que no debemos mirar a la Luna, sino que hemos de seguir rompiendo los lazos que nos atan a nuestra Milana particular y descubrir dónde está nuestra salida emocional.

Disponible en Bubok.

sábado, 19 de junio de 2010

La Luna haciendo candela de día.

Ahora sé que debo sufrir a mi manera, porque necesito respirar, rompiendo cualquier motivo por el que estremecerme. Sin tener en cuenta cuando mi corazón se enrosca en mi pecho, sin hacer caso al vacio de mi garganta, punzante, ni a la luz que me desespera.

La vereda que resuena no para de gritar para encontrar mi destino. La luna haciéndome candela y mi piel activándose. Lucero que me llama a la locura rubia. Sigo estando vivo a pesar de desanimo, sigo enamorándome de ese brillo mágico tuyo que me hace vibrar. Y tus ojos son solo humo en mis pupilas. El infierno de la poca distancia que no puede retorcer la idea de condenarme por un beso.

Sensación de emoción si te noto a mi vera… Pero sin oportunidad de estar cerca de tus labios, de tus pecas, de tus estímulos que me provocan sin rechistar… De tu pelo, de tu espera haciéndome otra candela de deseos mientras la Luna me ilumina.

… Y al día siguiente te conviertes por deseo expreso de las estrellas en una de esas Milanas, una Milana más o menos rubia, que me arrancan la piel pero no puedo dejar de ver… En una de esas que se pasan su vida entera volviéndome negro lo que corre por las venas.



Autor: Ricardo S.T.