martes, 2 de junio de 2009

Besos dedicados.

Y no sé cómo explicar esa tremenda sensación entre pecho espalda, no sé como detallar esa “presión blanda” que se avalancha por mi garganta haciendo que solo piense en esa noche que fue cumplida porque pedí el deseo de una noche donde viernes y sábado se unían noctámbulamente dentro de corazones entre abiertos y una sensación de calor que inundaba mi cuerpo.

Era noche de mayo y las emociones se dejaban llevar por transiciones acordadas, por palabras afectuosas y quizás un bonito mundo mejor. Así pasaron los minutos y las copas, y rodeados de caché y sudor me miraste así tan duro, como siempre.
Nos acercamos y nos rozamos las caras sabiendo que ya nada justificaría batallas perdidas, que nuestro corazón tomaba un cierto tono rosado y cariñoso esa noche y se llenó de nervios.

Te miré e imaginé, te hablé y soñé… Después de besarte no olvido tus ojos, alargados y brillantes, grandes y felinos donde poder inundarme en un mar de ginebra, quizás encontrar en tu cuerpo una playa en la que encallar.


Deslizándome por tu cadera, llegando y dejándome caer por el acantilado de tu ombligo me vi dibujando curvas y sensaciones. Intensificaciones de piel hacían que me erizara, veía tus besos, sentía tus labios y veía que seguías a mi lado, tu brazo por fin rodeándome y mi mano uniéndose a tu piel.
Cierro los ojos y todavía te veo a una distancia mínima, intentado raptar tus labios para el futuro.

Tu calma, caricias y la respiración se tuteaban, sin dejar espacio a la luz ni al aire. Te rocé, te sentí y te besé.

Te volvería a rozar, quiero sentirte, quiero buscarte y te encontraré.
Y ahora tú besas el aire que besa mi cara, ahora tú, chica de cuero, bailas al son de presentes y haces que yo me retuerza en pasados. Ahora que los días se alargan más intento pensar en otras futuras conversaciones donde te de besos de terceros y te dedique otros, más emocionales, de mi parte.

Y quizás, con luces, sepa como volver a ese viernes de mayo… Donde la noche y el día se unieron en mitad de dos intensidades, en mitad de dos cuerpos.


Autor: Ricardo S.T.