miércoles, 22 de julio de 2009

Atrapado en tu azul en una tarde de Julio.

Tarde de verano con persiana bajada, tarde de Julio en la que subes un escalón, hasta mi cabeza.

Tarde de Julio en la que pienso en lo afortunado que es el que siente y lo desafortunado que es el que padece por sentir.
Con esto me pregunto cómo sería esta tarde de Julio en la que la temperatura se eleva y tú apareces, como cada día por mi mente si no sintiera nada, si se desvanecieran mis sentimientos y con ellos los recuerdos, las fotos, las letras… Los besos.

Me pongo a pensar y dudo.
Me pongo a dudar y saco conclusiones en las que las emociones no tienen lugar y los sentimientos son ceniza.

Se siente y se sufre… ¿O se sufre y se siente? Es difícil describir mi situación.
Me acuerdo demasiado de cómo hacías vibrar, me acuerdo demasiado de aquellas mañanas entre muros estudiantiles…

Me acuerdo que te veía, y solo te veía a ti, y sentía, y solo te sentía a ti, y te quería… y te quiero.

En momentos duros me replanteo qué es el amor llevándolo a temas irónicos en los que solo se sufre por él y ves como tu chica va siguiendo su camino mientras tú caes y te llevas contigo tu maltrecho corazón.

En momentos rosas veo como el amor se toma con un sentido pasional, en el que si no estás con la otra parte de ti no eres nadie… Exactamente igual que cuando se sufre.

No quiero desmontar el amor, no quiero decir que sin sentir no se sufre, no quiero decir que amar es sufrir.

Quiero decir que sufro, que te quiero y te veo pasar quizás en sueños por aceras diferentes a la mía, veo como no me dices te quiero y sufro, y siento.
Veo como vuelves a jugar con tus labios al compás de tus ojos, desprendes melodías que hacen sentir… Sentir y sufrir.

Quiero quererte y quiero olvidarte para no sufrir. No te olvido porque sufro. Sufro porque te quiero.

No te olvido.

Tarde de Verano con la persiana bajada, hoy no quiero que entren los rayos uva, ni violeta, ni gamma.

Hoy solo quiero sufrir y sentir que te quiero.
Que te quiero y sufro…

Pero te quiero.


Autor: Ricardo S.T.

miércoles, 1 de julio de 2009

Luces tenues ya han perdido sentido y valor.

Y quizás ahora cuando luces tenues ya han perdido sentido y valor es cuando reacciono e implico mis emociones dentro de mis sensaciones.
Quizás ahora que miro alrededor y no tengo una caricia es cuando pido a tu cintura que se acuerde un poquito de mí.

Sigo pensando como temblaba el humo de mil cigarros en tus pupilas, como se enredaba el gris mercurio de aquella temporada en tus párpados.
Sigues teniendo un hueco a mi alrededor, sigo llorándole al espejo intentando volcarme en mí mismo, buscando sentido a mi cuerpo lejos del tuyo.

Sigo siendo aquel tipo que intentó llegar a la mitad de tu equilibrio y resbalé por el acantilado de tu ombligo.

Quizás te hubiera gustado empaparte de mil noches en las que solo el sereno nos encontraría amarrados a nuestros corazones.
Quizás yo siga soñando con volverte a ver sobre aquella pista, bailando y dejando que emociones se intensificaran al son de matices colorados recordando lunas y arenas, vaho y suelos embarrados, recordando promesas encantadas esperando a ser cumplidas.

En su día nos despedimos, nos rozamos las caras sabiendo que ya nada justificaría nuevos detalles, sin saber que nuestro "tocado" corazón perdió sueños, caricias y pieles perfumadas, comisuras e interés.

Me enredaste en tu sabor, hiciste que vibrara con solo el roce de tu dedo en mi espalda, con solo ver de reojo tu brazo en mi regazo y acercándote, estando a mi lado.

Te fuiste y te diste una vuelta por mi vida, llegaste y dejaste una huella a la que quiero olvidar al mismo tiempo que quiero volver a besar. Quiero vivir en tus labios, besar tus caderas y fallecer en tus ojos, esos que me inundan tan fácilmente.



Autor: Ricardo S.T.