jueves, 18 de septiembre de 2008

Y ella se eleva y se aleja...

Todo se movía por melodias envolventes y golpes de inexacta confusión.
Todo andaba de capa caída, en ambas direcciones, a ambos lados.

Él se movía por lares nuevos, por nuevos paisajes, nuevos tiempos... aunque no olvidaba, y más ahora, aquellos paisajes... aquellos tiempos pasados en los que una suerte mejor lo conoció.

El ve como su vida aparte se mueve delante suya, como una parte de él baila por su alrededor, sin poder hacer nada.

Mira al otro extremo, ve su otra parte, ve su actual estado y piensa si es el correcto, piensa y medita si es lo oportuno, si el cambio de sentido ha sido bueno...
Lo valora, lo mide... no encuentra respuesta... o no la quiere ver.

Siente que esa primeriza parte suya se revela sin razón contra él, le hace un feo gesto y se va escaleras arriba... y él se queda abajo, mirando como escapa gran parte de él, contemplando como a cada paso se eleva y se aleja parte de sí... y se queda abajo, esperando una nueva cita, un nuevo amor loco.

Las cosas han cambiado, han cambiado de color.
Se pasó de bando, pasó de brillar y hacer brillar a simplemente hacer llorar... y eso es un cambio demasiado brusco... es un cambio que se pudo evitar...

Él tuvo que desaparecer con ella aquella mañana de verano... ella tuvo que desaparecer con él alguna de esas tardes en las que él le pidió que se largaran los dos, que fueran eternos.


"Autor": Ricardo S.T.