jueves, 21 de junio de 2012

La mirada saldrá bien.


La mirada saldrá bien, tus recuerdos volverán a hechizar mis pupilas que, rígidas, temblarán fastuosas esperando el milagro de tu voz reflejada en mi vida.  

Se hace ardua y sórdida la ausencia. El sudor del mundo se tambalea en junio. Se oscurece el sol y el sombrío congela mi habitación, todavía llena de tu perfume y manchada de mis cenizas. La presión desgarradora de mi garganta grita tu nombre, a su vez, millones de pesares inundan los párpados que, solemnes, deshacen el tiempo.

Sin previo aviso viene el bochorno tras la hoguera, la humedad tras el cristal después de una madrugada de tormenta, de relámpagos azules y blancos y una lluvia que no cesa, porque todo empieza y acaba en nosotros, tintes de eternidad y abrazos.

Nuestra soga aflojará. Nuestra mirada saldrá bien, sea al caer de aguaceros veraniegos, al temblar de las hojas o al escalofrío nevado. Todo volverá a tu lado.


Autor: Ricardo S.T.

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