sábado, 19 de junio de 2010

La Luna haciendo candela de día.

Ahora sé que debo sufrir a mi manera, porque necesito respirar, rompiendo cualquier motivo por el que estremecerme. Sin tener en cuenta cuando mi corazón se enrosca en mi pecho, sin hacer caso al vacio de mi garganta, punzante, ni a la luz que me desespera.

La vereda que resuena no para de gritar para encontrar mi destino. La luna haciéndome candela y mi piel activándose. Lucero que me llama a la locura rubia. Sigo estando vivo a pesar de desanimo, sigo enamorándome de ese brillo mágico tuyo que me hace vibrar. Y tus ojos son solo humo en mis pupilas. El infierno de la poca distancia que no puede retorcer la idea de condenarme por un beso.

Sensación de emoción si te noto a mi vera… Pero sin oportunidad de estar cerca de tus labios, de tus pecas, de tus estímulos que me provocan sin rechistar… De tu pelo, de tu espera haciéndome otra candela de deseos mientras la Luna me ilumina.

… Y al día siguiente te conviertes por deseo expreso de las estrellas en una de esas Milanas, una Milana más o menos rubia, que me arrancan la piel pero no puedo dejar de ver… En una de esas que se pasan su vida entera volviéndome negro lo que corre por las venas.



Autor: Ricardo S.T.

No hay comentarios: